TU NOMBRE
Tu nombre es un vocablo
de amor,
una caricia
que la lengua desenvuelve.
No puedo pronunciarlo
en voz alta
cuando no estoy solo. Las
respiraciones ajenas
corrompen: podría
disolverse en el viento,
fragmentarse,
perder
su misterio indescifrable,
desviar
la flecha de su blanco.
Lo pronuncio eliminando
el sonido, dos sílabas
que ruedan por mi cuerpo,
abren los poros y,
por medio de los ojos,
envían el mensaje necesario
al soporte de Octubre.
Todo canta, rodeando el silencio,
la brisa leve que perfuma
las letras
cuando traspasas la puerta
y tu sonrisa dulce
avanza hacia mí.
La garganta se abre,
las sílabas revolotean,
transforman
el espacio en música,
los acordes del agua:
mi cuerpo es ahora una cama
en la que la alegría abre
la felicidad, sus alas.
.
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