CRÍTICA DEL AMOR BESTIAL
Uno la tiene en brazos.
Otro la tiene en las rodillas.
Otro la tiene entre sus piernas.
Y el último en el hoyo.
Una torsión, por la postura
más voluptuosa, de costado
con movimiento de cintura,
y el flujo con su ímpetu
nunca antes alcanzado.
Fue el final resultado:
al hospital. In situ
le encontraron una úlcera
sangrando de placer. La comisura
se retorcía impura.
*
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