Estratos
Estrato seis
Ofrecí una flor a una de estrato seis
viajaba en su auto
cubierta de alhajas
hablaba por celular.
Me lanzó una mirada estoica
rechazó la flor
el miedo le subió el ritmo cardiaco.
¡Cómo tendrá de cerraduras su casa!
Se perdió la sonrisa del mundo.
Estrato cuatro
Ofrecí una flor a un elegante caballero
empleado de una multinacional
soltó una carcajada
tal vez me creyó loca.
No mostró temor
tampoco la recibió.
De pronto pensó que llevar una rosa
disminuía su aspecto varonil.
Se perdió un instante feliz
jamás leerá un poema.
Estrato dos
Ofrecí la flor a la cajera del banco
se asustó
estaba distraída contando millones
mientras pensaba
cómo pagaría la matrícula de sus hijos
el arriendo
el último sastre comprado a crédito.
Sus preocupaciones
no le dan tiempo para admirar una flor
Estrato cero
Ofrecí una rosa a una pordiosera
no expresó ningún temor
la recibió con placer
sentí toda la gracia del mundo
contenida en sus lágrimas.
Jamás me habían regalado una flor –exclamó.
El que nada tiene está dispuesto
a compartirlo todo.
Descubrí un alma de poeta
en el cuerpo de una mendiga.
Soy estrato tres.
*
Estrato seis
Ofrecí una flor a una de estrato seis
viajaba en su auto
cubierta de alhajas
hablaba por celular.
Me lanzó una mirada estoica
rechazó la flor
el miedo le subió el ritmo cardiaco.
¡Cómo tendrá de cerraduras su casa!
Se perdió la sonrisa del mundo.
Estrato cuatro
Ofrecí una flor a un elegante caballero
empleado de una multinacional
soltó una carcajada
tal vez me creyó loca.
No mostró temor
tampoco la recibió.
De pronto pensó que llevar una rosa
disminuía su aspecto varonil.
Se perdió un instante feliz
jamás leerá un poema.
Estrato dos
Ofrecí la flor a la cajera del banco
se asustó
estaba distraída contando millones
mientras pensaba
cómo pagaría la matrícula de sus hijos
el arriendo
el último sastre comprado a crédito.
Sus preocupaciones
no le dan tiempo para admirar una flor
Estrato cero
Ofrecí una rosa a una pordiosera
no expresó ningún temor
la recibió con placer
sentí toda la gracia del mundo
contenida en sus lágrimas.
Jamás me habían regalado una flor –exclamó.
El que nada tiene está dispuesto
a compartirlo todo.
Descubrí un alma de poeta
en el cuerpo de una mendiga.
Soy estrato tres.
*
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