El 13 de Junio de 323 adC, 2330 años atrás, murió en Babilonia Alejandro de Macedonia. Había nacido el 21 de Julio del 356. Le bastaron 32 años para conquistar el mundo, desde Grecia, desde el río Nilo hasta el río Indo. No fue más lejos porque sus soldados le imploraron que no más.
Todo lo que se pueda decir sobre un ser humano, se ha dicho de Alejandro. Hoy, por recordarlo, copiaré de Plutarco una anécdota.
"XXXXIX. Siendo por naturaleza dadivoso, creció en él la liberalidad a proporción que creció su poder, y está iba siempre acompañada de afabilidad y benevolencia, que es como los beneficios inspiran una verdadera gratitud...
En general más se incomodaba con los que no recibían sus beneficios que con los que le pedían... A Serapión, uno de los mozos que jugaban con él a la pelota, no le dio nunca nada, porque no pedía; y en una ocasión, puesto éste en juego, alargaba la pelota a los demás; y diciéndole el Rey: "¡Y a mi no me la alargas?" "Si no me la pides" le respondió; con lo que se echó a reír y le hizo un gran regalo..."
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