Pienso, luego soy es la frase de un intelectual que menospreciaba el dolor de muelas.
Siento luego soy es una verdad de una validez mucho más general y se refiere a todo aquello que vive.
Mi yo no difiere sustancialmente del vuestro por aquello que piensa. Hay mucha gente y pocas ideas: todos pensamos aproximadamente lo mismo y nos comuniquemos las ideas, nos las dejemos, las robamos.
No en el pensamiento, sino en el sufrimiento, es donde hay la esencia del yo; el sufrimiento es el más básico de todos los sentimientos.
Sufriendo, ni un gato no puede dudar de su yo único e irremplazable. Cuando sufrimos, el mundo desaparece y cada cual de nosotros se queda solo con sí mismo.
El sufrimiento es la universidad del egocentrismo.
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