lunes, 6 de abril de 2009

Fernando Iwasaki

La casa de reposo

__LA MADRE SUPERIORA miró hacia el cielo como buscando una señal divina, y en sus ojos desvelados de oraciones reverberó cristalina una lágrima.
__-¿Y dice usted que el viejo profesor se niega a ir a misa, hermana?
__-Así es, reverenda. Y maldice y ofende a María Santísima.
__-No importa, hermana. Llévelo entonces a dar un paseo por el huerto.
__-Sí, reverenda.
__-Hermana...
__-¿Sí, reverenda?
__-Que parezca un accidente.


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