Marguerite Yourcenar

A Alicia Storozoni Mazzolani.

Petite Plaisance
Northeast Harbor, Maine
28 de junio de 1960

Querida amiga:

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Comprendo su sentimiento de horror por pertenecer a la especie humana, tal como me lo manifiesta a propósito de Chessman. A decir verdad, también yo siento algo parecido muy a menudo, y me digo que los hombres y las mujeres de nuestra generación son quizás los primeros que sienten así, es decir que tienen una sensación de espantosa plenitud, sin que la repugnancia y el desaliento estén limitados, como sucedía antaño, por el punto de la superficie terrestre en que uno se halle, o por un incidente en que nos hayamos visto particulamente mezclados. Todo nos advierte hoy en día de la universalidad del mal, y acabamos por pensar que, a pesar de tantos santos, genios, héroes, y sencillamente gentes honradas (pero mal guiadas por lo general),nada puede justificar del todo la profunda atrocidad de la aventura humana. Llega uno a pensar que se cometió en alguna parte un error inicial, irreparable, es decir que la noción del pecado original tiende a imponerse por encima de todo, aunque sólo sea a título de símbolo...

Cordialmente suya,

Marguerite Yourcenar

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