martes, 22 de diciembre de 2009

Oliverio Girondo


SALVAMENTO

El bermellón gritaba.
Gritaba el verde nilo.
El granate, el cobalto,
el índigo gritaban.

Del negro, al escarlata
corría el amarillo.
Se zambulló el celeste.
Me abrazó el colorado.
El ultramar oscuro
me tiró un salvavidas.

Pero el violeta inmóvil
me miró.
Me miraba,
con los brazos cruzados.

*


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